domingo, 27 de diciembre de 2015

Libros leídos / Francisco Velásquez Gallego

Francisco Velásquez Gallego      /   foto de Mario Correa

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Libros leídos

Francisco Velásquez Gallego



DESDE HOY UN ARTISTA SERÁ JUZGADO SÓLO 
POR LA RESONANCIA DE SU SOLEDAD 
O LA FUERZA DE SU DESESPERACION. 

CYRIL CONNOLLY.  
"Para una tumba sin sosiego"

La lectura es un acto solitario que afirma certezas, ilimitadas, sobre el universo y sus enfermedades. 

Y permite reinterpretar la creación cuasi divina del autor de un texto determinado, para transitar este pasar-por-el-mundo con toda la complejidad que implica.

Uno leyendo afronta la desolación humana que es la existencia. Y por eso son importantes el arte y la literatura porque con ellas entendemos que las perturbaciones que se nos presentan pueden clarificarse más en el transcurrir de lo cotidiano.

Vengo en calidad de lector y lo soy porque pasé la mayor parte de mi vida pegado de afortunadas obras literarias, siempre bien asesorado por amigos escritores y diletantes de todos los tamaños y sabores… 

Por eso estoy acá para comentar impresiones acerca de la condición de leedor de literatura y otras publicaciones varias, como las del oficio que escogí, el periodismo.

En cuestiones de libros no hay uno mejor que otro, son distintos. Demasiado escasos los buenos; y mucha especulación mercantilista para imponer los gustos de editores, los del común. Aunque puede afirmarse que el libro es un hallazgo tan trascendente que en cualquier volumen por malo que sea alguna cosa importante puede encontrarse.
El libro de acuerdo con Umberto Eco es como una cuchara, un martillo, la rueda, unas tijeras que una vez inventados ya quedó descubierto para toda la vida, y nunca desaparecerá, y no se puede hacer nada mejor. Es posible que adquiera otras dimensiones y modos de relacionarse con nosotros pero es inevitable que su duración será tan concreta como la de toda la humanidad, hasta el momento que desaparezcamos para siempre.

Se quiere rescatar a través de la memoria cada fragmento de vida que vuelve a nuestra mente,  por más indigno o doloroso que sea. Y la única manera de hacerlo es fijarlo con la escritura. La literatura por ello consigue enfrentar la indiferencia de hoy en esta sociedad contemporánea cada vez más banalizada y consumerista.

Desde esta perspectiva lo mejor es recordar los libros que han influido en una experiencia vital respecto a la cualidad de haber sido objetos de transformación en las consideraciones individuales sobre la vida y el arte.

En estos tiempos sobreabundantes de información globalizada a través del internet y  del espectáculo farandulero montado alrededor de la literatura, las artes y los deportes, así como de los hechos cotidianos elaborados en los medios de comunicación, se impone la necesidad de criterios más elevados para discernir la importancia de los clásicos auténticos que hoy perviven ya demostradas sus dotes de creadores incomparables.
Por ello en las wikipedias y publicaciones de libros de las editoriales existen miles de listados que se aproximan pero no disciernen por qué la mayoría de los libros mencionados han devenido en clásicos. Así que todos sabemos, cuando hemos sido buenos lectores, que hay mucho libro quizá la mayoría que se desvanecen en el tiempo y unos grandes y más bien pocos que cada día se convalidan más en su esplendor y trascendencia.

Me interesa resaltar hoy autores con obras magistrales. Dejaré   de mencionar muchos que lo merecen y demasiados que para fortuna no cuentan con mi beneplácito.

Voy a hablar sólo de algunos, claro que no están todos, de los escritores que me han trastornado, modificado, lacerado el espíritu, lastrado mi alma, herido, cicatrizado el corazón, en fin que me han dejado una rayadura de por vida. Porque no acepto sino al escritor que puede hacerme doler con su manera de mostrarme lo que es la existencia humana y el comportamiento de quienes habitamos el planeta.
Helos aquí: 

Lawrence Durell y el Cuarteto de Alejandría. Durell se planteó una forma narrativa singular: tres elementos de espacio y uno de tiempo y en cuatro tomos logra la versión de la misma realidad por cada uno de sus protagonistas principales o sea que cada punto de vista contribuye a esclarecer más esa historia maravillosa de un tema que recorre toda su dimensión expresiva: el desgarramiento del amor.
A través de Justine, Baltazar, Mountolive y Clea, crea el universo más esplendoroso sobre las vicisitudes del amor presente en cada relación de las personas, ambientada en días vinculados con la segunda guerra mundial, en la maravillosa Alejandría donde debemos destacar la condición única de su carnaval.

Malcom Lowry con Bajo el volcán nos lleva al infierno contemporáneo, mediante una escritura desgarrada y compartida con el alcohol que es el acompañante necesario para esta suerte de purgación mental, comparable a un nuevo descendimiento a los interiores de la tierra para mostrar la desolación de Geoffrey Firmin, un funcionario de un gobierno extranjero en una tierra tan extraña pero tan inevitable como es el México del día de los muertos. (En 1938).

Lowry quien casi pierde los originales en un incendio de su cabaña en Dollarton, Vancouver, Canadá debió reescribir este clásico del siglo 20 para complacer editores porque en su tiempo su temática era impublicable para el gusto equivocado de la época. El mismo autor dice sobre su novela:

"Puede considerarse como una especie de sinfonía, o, en otro sentido, como una especie de ópera, y hasta como una película de vaqueros. Es música hot, un poema, una canción, una tragedia, una comedia, una farsa, etcétera. Es superficial, profunda, entretenida y aburrida, según el gusto del lector. Es una profecía, una advertencia política, un criptograma, una película cómica, unas palabras escritas en un muro. Puede considerarse también como una especie de máquina... En el caso de que usted piense que he hecho cualquier cosa menos una novela, es mejor que le diga que en el fondo mi intención era la de escribir, aunque sea yo quien tenga que decirlo, una novela profundamente seria. Pero también es, y lo sostengo, una obra de arte, en cierto modo distinta a lo que usted creía, y también mejor lograda, siempre de acuerdo con sus propias leyes".

La acción que transcurre en una jornada quiere lograr el reencuentro del cónsul británico con su esposa pero ya el alcohol esta apoderado de su alma y termina en un repugnante lugar donde es asesinado de modo vulgar y miserable. Cuando recibe numerosos disparos tiene tiempo de exclamar:

“Qué manera más sórdida de morir”. 
Ese viaje dantesco que los humanos debemos  ver, desde la marginalidad de espíritus críticos, frente al momento que vivimos de tanto desafuero por el ánimo capitalista de la ganancia a costillas del trabajo del resto de los las fichas carnetizadas en que nos han convertido en el sistema.

 “Vivió de día, bebió de noche y murió tocando el ukelele”. Es el epitafio escogido por el propio escritor para su tumba sin nombre. Y en su poesía reflejaba sufridamente ese infierno alcoholizado que le daba vida.

Ilustro con dos de sus poemas:

SIN TIEMPO DE PARARSE A PENSAR

La única esperanza es el próximo trago.
Si te apetece, puedes dar un paseo
Sin tiempo para pararse a pensar, 
La única esperanza es el próximo trago.
Inútil titubear en el límite,
Peor que inútil todo este hablar.
La única esperanza es el próximo trago.  
Si te apetece,  puedes dar un paseo.

y
Oración  para borrachos
Dios da bebida a esos borrachos que se despiertan al amanecer
Farfullando sobre las rodillas de Belcebú, totalmente destrozados;
Cuando una vez más espían a través de las ventanas
Acechando, el terrible puente cortado del día.


(Reitero que estoy mencionándoles libros y autores que estoy seguro que podrán tomar en sus manos y jamás se arrepentirán de haberlo hecho. Son autores con los que va uno a la fija porque todos son ejemplos evidentes de un gran creador con una obra acabada y de trascendencia inevitable).

Debo proseguir con personajes como Henry Miller y sus Trópicos, pero sobre todo con sus ensayos como El coloso de Marussi que son demostración de la denuncia vital a la hipocresía de la sociedad capitalista, particularizada en los Estados Unidos donde padeció los insondables languidecimientos de la tristeza y el despojo universales. Que además influencia a los beatniks, escritores subterráneos como Jack kerouac y Alen Ginsberg quienes propician una respuesta generacional a la lucha contra las instituciones gringas y que son fermento de la acción contra las guerras, la de Vietnam que se constituyó en la primera derrota al ejército imperialista.

Faulkner y su paulatina degradación tanto del hombre como de la naturaleza, lo que se observa en toda su obra.

THOMAS MANN la montaña mágica. El canto disección de la enfermedad que consciente la búsqueda del amor y la sabiduría. Y los ensayos de la Sontag esa gran escritora de Estados Unidos con sus famosas “la enfermedad y sus metáforas” donde cuenta como venció un cáncer, y “el sida y sus metáforas”. 

La montaña mágica es considerada la novela más importante de su autor. Comenzó a escribirla a raíz de una visita a su esposa en el Sanatorio Wald de Davos en Suiza en el que se encontraba internada. La obra narra la estancia de su protagonista principal, el joven Hans Castorp, en un sanatorio de los Alpes al que había llegado como visitante. Introduce reflexiones sobre los temas más variados, tanto a cargo del narrador enamorado de Claudia Chauchat como de los personajes (especialmente leo Naphta y Settembrini, los encargados de la educación del protagonista). Entre estos temas ocupa un lugar preponderante el del tiempo hasta el punto de que el propio autor la calificó de "novela del tiempo", pero también se dedican muchas páginas a discutir sobre la enfermedad, la muerte, la estética, la política, etc. Se ha considerado un fresco sobre la decadencia del modo de vida de la burguesía europea antes de la primera guerra mundial.

John Updike Corre conejo. Cortejando a la cónyuge. Son una serie de relatos ocurridos desde 1960 con su protagonista Harry Rabbit Angstrom. A través de él expresa sus opiniones sobre los problemas de la sociedad norteamericana contemporánea, una sociedad que, según Updike, encuentra en el cine y la religión dos vías de escape. 
Escritor prolífico y no olvido un cuento maravilloso “cortejando a la cónyuge” que es el monólogo de un esposo abatido por la rutina y que encuentra regocijo al ver una forma de cruzar las piernas de su esposa en trance de seducción.

Saul Bellow. Herzog es un viejo loco, narcisista, masoquista y anacrónico, con una “larga enfermedad, mi vida”. Un escritor judío complacido en reflexionar la sociedad que enmarca su vida con una prosa devastadora y humana, con despojos lacerantes de su existir,

“Al hacer un resumen de sí mismo, reconoció que había sido, por dos veces, un mal esposo. A Daisy, su primera esposa, la había tratado miserablemente. Madeleine, su segunda mujer, había intentado manejarlo. Para su hijo y su hija era un padre cariñoso pero malo. Y para su país, era un ciudadano indiferente. A sus hermanos y a su hermana los trataba con afecto pero se mantenía muy aparte de ellos. Para sus amigos, era un egoísta. En cuanto al amor, era un perezoso. En cuanto a la brillantez, era un hombre apagado. Ante el poder, pasivo. Y respecto a su propia alma, tomaba una actitud evasiva”. Y sin embargo que encantador era.

Y todo ese transcurrir apegado al concepto de la muerte, un terror infantil que sufría para verse obligado a tomar su vida de la manera que lo hizo. Todo rematado en esta sensitiva frase: “Cuelga de una estrella tu agonía”

Debo terminar con mención a algunos de los escritores latinoamericanos que han ocupado mis lecturas:

Juan Carlos Onetti, la vida breve. Comparto lo que dice Vargas Llosa, que “es uno de los grandes escritores modernos, y no sólo de América Latina. "Es un escritor enormemente original, coherente; su mundo es un universo de un pesimismo que supera gracias a la literatura".

La vida breve (1950) es la novela más importante y conocida del escritor uruguayo, cuya acción se desarrolla, básicamente, entre Buenos Aires y la mítica Santa María — ciudad ficticia y cuasi onírica en la que transcurren, también, "El astillero" (1961) y Juntacadáveres" (1964).

El protagonista de esta novela es Juan María Brausen, quien se escapa de su realidad creando otra en la que acabará metiéndose, a través de la desolación más congruente que he leído jamás.

En Argentina es predominante Jorge Luis Borges con Julio Cortázar, Felisberto Hernández, Ernesto Sábato y  Leopoldo Marechal, muy desconocido pero de grandiosa significación literaria. Su novela Adán Buenosayres es escrita con el rigor de la gran novelística universal y el séptimo y último libro de la obra el "Viaje a la Oscura Ciudad de Cacodelphia", es ni más ni menos que una parodia del Infierno de La Divina Comedia del Dante Alighieri.

Y en nuestra sangrada Colombia merece recordarse al Nobel 1982 Gabriel García Márquez y de otra manera el Germán Espinosa de La tejedora de coronas que son las remembranzas de Genoveva Alcocer, en la Cartagena del siglo 18, época de apasionadas búsquedas, ebullición intelectual y grandes transformaciones. Genoveva es una criolla aventurera, visionaria y lúcida que parte de su tierra natal a recorrer el mundo y a participar de la rebeldía y la emancipación propias del siglo de las luces.
Finalizo con el discutido Mario Vargas Llosa y en general toda su novelística, aunque le duele a uno tanta  estulticia en el carácter crítico respecto al avance del humanismo por sobre la explotación del hombre por el hombre. Pero existen de sus creaciones, por ejemplo, Travesuras de la niña mala, que son verdaderas piezas creativas de ingeniosidad y sabrosura sin iguales.


Francisco Velásquez Gallego
Abril 14 del 2011






viernes, 11 de diciembre de 2015

Ya te maté, bien mío. Ahora qué será de mi vida sin ti. Crónicas judiciales de Don Upo /Francisco Velásquez





Ya te maté, bien mío. Ahora qué será de mi vida sin ti.
Crónicas judiciales de Don Upo
Francisco Velásquez

Ediciones Unaula, 2015
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                                              Para Marlene Upegui

Víctor Bustamante

Solo vi a Don Upo una vez. Había visitado su casa por invitación de su hija Marlene, con una amiga de ella, Mariela, y, ya en la sala, vi pasar un señor de caminar lento, algo serio. La casa quedaba situada en la Floresta por la carrera 82 con la calle 47. Y allí fui varias veces, cuando ya don Alfonso, como le decía mi amiga, estaba recluido, en recuperación, pero no, ya estaba muy enfermo, y fue que su hija refirió, que era Don Upo. Ahí mismo caí en cuenta que lo conocía, que lo había leído varias veces, que había buscado su columna de Los estrados judiciales en El Colombiano, por algo peculiar, su manera de escribir, por su humor y, así mismo, por su dominio de ese pequeño espacio donde era posible situar todo un drama acaecido, influyente, donde las vidas de las personas involucradas habían cambiado su cotidianidad debido a un evento determinado que terminaría en la fatalidad, como si fueran víctimas, del fatum siniestro que los arredraba, y en un solo instante todo cambiaría para ellos. Una sola meta les quedaba como posibilidad: la muerte o la prisión.

Más tarde, mucho más tarde, caía en cuenta que no solo don Alfonso, al pasar, dejaría esa estela de no haber podido conversar con él, de saber que en él residía toda la presencia de un periodista eximio, de un escritor verdadero que deambuló, escribió no solo por el Medellín literario, que vivió en Campo Valdes, sino que con el tiempo sus crónicas se convertirían en su huella y en la peculiar manera de hacer periodismo; todo aprendido con la disciplina y con un talento difícil de equiparar hoy.

A veces creo que en este aserto, la caída en un oscuro y despiadado destino, es que radica la curiosidad, o el interés de leer los hechos que ocurren en sus columnas, no solo son transgresiones al otro, ya sea en lo más denostable: un crimen, pero queda esa acedia de saber cómo una persona cae desbocada a ese lugar temido, el lento enredo judicial, manifiesto en un destino de papeleo que le elige nada menos que el infierno de una prisión.

De ahí que estas crónicas giran en torno a lo eventual: el miedo, la culpabilidad, la falsedad y el crimen, marcadas por el pesimismo y la crueldad. Donde el autor subraya principalmente a la hora de recrear personajes anónimos que pueden uno encontrarse en cualquier lugar, que se convierten en castigados y castigadores. Así, el territorio del mal en sus diversas manifestaciones se enseñorea sobre la postergación de la civilidad y hacen caso omiso a esta, porque ahí precisamente reside una manera de ser del antioqueño: un ser, en muchos casos, atiborrado de maldad, de venganza, junto a lectores ávidos de escrutar su fondo oscuro. Así, basado en hechos reales, Don Upo, creó un género, que luego sería maltratado por periodistas ocasionales y por apostilleros sin formación. Así mismo estos hechos que narra saldrían de la página judicial de los diarios a habitar su propio periódico, donde el amarillismo hace parte del consumo doméstico junto a la pornografía.

Estas crónicas no solo se deben mirar como algo donde la picaresca pervive, una suerte de notas de crímenes, porque lo son, sino también sobre el Medellín popular con sus venganzas, sus acechos y sus crímenes. De ahí que nos dan otra visión del ser antioqueño: su maldad, la nimiedad de los eventos que llevan a un crimen, así como nos dejan con la curiosidad de querer saber qué había detrás de ese momento en la cual sucede lo ineluctable y que asombra al lector hipócrita que atisba el destino del otro.

Cada una de estas crónicas poseen una forma de ser elaboradas, el escritor presenta los nombres y el evento, da su punto de vista y al final, de soslayo, notamos el papel de la justicia, casi siempre con una banal aplicación de las leyes. Todas las crónicas están matizadas por el humor y cierto cinismo. Pero también palpita el ámbito citadino, en las crónicas de Medellín, donde es posible mirar los diversos nombres, su topografía vital, ahora poco mencionados o que se han ido cambiando: la Policlínica, los juzgados, Decypol, la Ladera y su patio más connotado: la Guayana, la cárcel del Buen pastor. O los sempiternos nombres asociados al miedo: Guayaquil, la Calesita, -muy tierno y lleno de horror-, la Bayadera y los nombres de bares, el Cubaney, el Zulima, Media Luz N.3, el Montería, el Occidental, junto a sus saloneras –que ya se han ido a atender otros clientes no sé dónde-, y el Palacio Nacional –sede de los juzgados-, las permanencias, así como el radio periódico Clarín. Estas crónicas permiten observar un mundo subterráneo, aquel al cual pertenece y se perpetra en lugares especifico las cuestiones de la violencia del amor, y expresan otro Medellín, así como esos lugares de Antioquia, aunados por una misma mentalidad, el odio y la poca tolerancia. En el tiempo en que fueron escritas estas crónicas, nunca se escribió en Antioquia nada parecido en la literatura donde fuera posible observar el lado oscuro de un municipio sino que la literatura y sus escritores andaban en otros espacios. 

Rastreadas estas crónicas expresan el otro Medellín: el oscuro Medellín que nunca fue descrito en ninguna novela, pero que Don Upo nos entrega y, que sin querer, se proyectan a decirnos cómo era la Ciudad Industrial de Colombia. Por esa razón, Don Upo, antecede a la llamada hoy novela negra, y, siempre me he preguntado la razón por la cual él nunca escribió un trabajo más extenso sobre este tema.

Estas crónicas develan un inicio, un entramado y un final peculiar que a lo mejor por eso son tan leídas, ya que se deslizan hacia un interrogante sobre la disolución del orden vigente, al cuestionamiento de las relaciones sociales aceptadas, debido a la llegada de un hecho inusitado vestido con las galas negras del crimen. De ahí que, al leerlas, el lector dude de todo el aparato de seguridad, ya sea por las diversas clases de sentencias, y, sobre todo, por la necesidad de verse protegido por ese orden que en apariencia brinda seguridad.

A veces me da la impresión de que Don Upo  pudo haber sido un detective sentado en su escritorio mientras leía los folios de esos sucesos, que más tarde serían sensacionales. En este sentido presupone la investigación de un hecho criminal que debería llevar a cabo un agente secreto que recoge pruebas, interroga testigos, saca planos y, por fin, concluye. Al leerlo me digo que cada uno de esos eventos pudo haberse convertido en thriller.

Hay, en algunas crónicas, la mención a una suerte de amigo, que más parece una invocación cuando tiene alguna duda. Pensé que se trataba de san Odulfo, aquel misionero, considerado el testigo fiel, pero no, se trataba de un amigo suyo, profesor además, Odulfo, que le hacía observaciones sobre sus escritos.

Don Alfonso Upegui, Tartarín Moreira y Carlos Correa son aquellos artistas que estuvieron vinculados con la búsqueda de la justicia al trabajar en con los diversos aparatos de seguridad del municipio. Francisco Velásquez, en su libro, lo ha dignificado en el lugar que se merece: hacer parte de la tradición de los grandes periodistas del país, y de la literatura, porque unas seis mil crónicas no se escriben de un momento otro.




sábado, 21 de noviembre de 2015

Ashraf Fayadh, poeta palestino condenado a muerte.


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Ashraf Fayadh, poeta palestino condenado a muerte.


Arabia Saudita:
Condenan a muerte a un poeta palestino por renunciar al islam
Publicado:

La justicia saudita ha condenado a muerte a Ashraf Fayadh, un poeta palestino que en sus obras renuncia al islam, comunica 'The Guardian'.

De acuerdo con el tribunal, el libro de Ashraf, titulado 'Instructions Within', difunde el ateísmo y reflexiones destructivas de la sociedad.

Ashraf Fayadh fue detenido en 2014, le retiraron el documento de identidad, lo condenaron a cuatro años de prisión y a 800 latigazos. Posteriormente, en un nuevo juicio fue condenado a muerte.

martes, 10 de noviembre de 2015

Librería Grammata- Wilson Mendoza


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Librería Grammata

Víctor Bustamante

En la librería los libros no tienen dueño, se exhiben y se hojean, se palpan, se acaricia su lomo. Desde los estantes los diversos autores nos llaman para que llevemos y leamos sus libros. Una librería es un puerto; es decir, allí los libros están de paso. Pero no pueden existir las despedidas, cuando se va un libro, cuando se lo lleva, es porque ese es su destino: estar ahí de paso, luego el lector se apropia de él, se lo llevará; lo hará suyo. De ahí que el librero, en cierta medida es un ser sin sentimientos, ya que un libro que lo ha acompañado varios días o meses se irá con su consentimiento. De ahí que el librero no puede enamorarse de sus libros ya que se perdería de una parte la razón de ser de su subsistencia y de otra nos reafirmaría la frase que refiere como los libros no son de la librería sino que esperan pasivos a sus futuros dueños para que se los lleven y así les sirva, no solo de compañía sino de remedio para sus sueños, o de afán de conocimiento según el caso. De ahí que un libro y su culto da muchas posibilidades, muchas significaciones.

En la librería los libros se disponen en los estantes para que el hipócrita lector, o el investigador, o el curioso lector se lo lleve. Ahí nace una relación familiar entre lector y libro, desde ese momento, el alejamiento del libro de la librería pasa a ser parte de alguien, parte de su vida. Desde allí se inicia una cohabitación ya que el libro pasa a ser parte del mundo personal de quien se lo lleve y presiente que ha conseguido un tesoro que lo lleva a reafirmar el poder de la lectura, ya que a través de esta se viaje a un país determinado, se adentra en la vida si es una biografía, se llene de poesía o en muchos caos se busque el escritor de moda, o el escritor amado, o también se encuentra un libro encargado que no se encuentre en la ciudad. Allí en la Liberia se da una suerte de amor, muchas veces a primera vista o muchas veces por recomendación. En la librería el silencio es determinante, en la librería a pesar de que es un negocio esta palabra no se menciona, allí el conocimiento es el imperio, ya desde alguno de sus vértices, y desde el deseo de quien lo busca.

De ahí que la librería también es un puto de encuentro ya que allí, van los lectores muchas a veces buscando un autor determinado, un libro soñado, pero también muchas veces se va a una librería a merodear ante los estantes y, de repente, se encuentra un libro que se ha buscado con ahínco, y desde ahí, desde la sorpresa de ese espejismo que es real, espera para ser llevado.

Poco ha variado la presentación del libro desde aquel día en que Gutenberg democratizó la lectura a través de la posibilidad de la tirada en serie de libros en la imprenta, así la haya mantenido oculta para falsificar libros manuscritos. El libro nos llega en el mismo formato con su contenido de letras desde su intención hace unos quinientos años, de ahí que a través de él se generalice el conocimiento. En su formato actual con pocos cambios fue arrojado desde esa época al mar del tiempo y así nos ha llegado y se mantiene como la forma más fácil y económica de conocimiento.

El libro nunca ha sido popular porque merece personas que tenga sed de aprender, no técnicos con títulos y honores de un saber, sino que el libro nos da la posibilidad del libre albedrio. Solo a través de la lectura seremos personas libres. En el libro reside el conocimiento, y desde ahí los lectores se transforman en otros seres, no los muertos vivientes de la tecnología con su iPod o su whatsApp, sino que se vuelven en sabedores de ser exclusivos en su aprendizaje. Un libro abre caminos hacia lugares ignorados por su lector, en un libro se reflexiona y se viaja. De ahí que los lectores sean personas refinadas que son capaces de sentarse a leer y a reflexiona en una noche o al alba cuando los despierta la necesidad de continuar una lectura, o que los embargue la prosa de un autor, la sensibilidad para describir o también los aniquile la poesía más dulce que se ha escrito.

Para el territorio para le país de los lectores, la sigla del negociante: el tiempo es oro, no cuenta. Muchas veces algunos desapasionados afirman que no tiene tiempo de leer, ya que los afana solo el tráfago cotidiano de una vida sin riesgos y cuadriculados olvidan el saber de un libro con el infinito diálogo que espera.

De ahí que el libro nunca haya sido popular, el libro, cosa extraña, pertenece a una suerte de secta de lectores, una mínima parte de los habitantes de una ciudad cualquiera, que necesitan aprender me algo en un ramo determinado o simplemente posee en placer de leer.
La librería Grammata es parte de ese sueño, es un puerto donde los libros llegan algunas veces por encargo y se convierten en un puente entre quien lo busca y este lugar de paso, a veces en punto de coincidencia, ya que no hay nada mejor énfasis que perderse en las librerías lugar donde puedes hacer tuyo cualquier libro.
Wilson Mendoza, aquí, en esta pequeña entrevista nos da la razón de ser de su vida como librero, nos dice la probabilidad de coexistir en medio de la banalidad y poca ilustración, pero también refiere sus sueños y el camino y vida de los libros  precisamente en un momento álgido donde la lectura baja sus niveles, en el país, Colombia, donde se lee medio libro al año, o sea que somos un país analfabeta culturalmente, donde sus habitantes se nutren de la hojarasca televisa o de la acedia mental que los mantiene pendientes del futuro.

Y así, este conformismo como producto de erradas políticas educativas y culturales, donde solo desde lo oficial se busca el entretenimiento, como norma, como pócima para calmar cualquier pregunta o duda. De ahí que sea prioritario proteger, ayudar a las librerías, es una parte sensible de la cadena del libro, un punto de la distribución. Sin las librerías, Medellín en este caso se convierte en una ciudad de caferías, de asaderos de pollos, de centros comerciales donde van las chicas a medirse blusas, jeans y a preguntar por todo, a medirse todo y a no comprar nada, porque las aflige el consumismo más descarado o los chicos van a abrir la boca porque piensan que allí son modernos cuando todos en general tiene la cáscara de su cerebro llena de trivialidad, lo cual es la síntesis de un fracaso en su educación y en las políticas culturales para aumentar el nivel de lectura.

Hay ver las recuas de personas en el centro, o en los centros comerciales ahítos de tecnología, jugando uno de los juegos predilectos donde el tiempo ya no es oro sino que no existe, la pasividad los embarga es su norma de vida.

De ahí que en la librería, en este caso Grammata, se convierte en un oasis en medio de la crueldad, en medio de la anomia. Aquí en la librería comienza otro mundo, el del conocimiento, el de la sensibilidad, he dicho el de la sensibilidad.

                                                                                 Nov 10 el 2015





                                                                                                           



Walter Benjamin



Walter Benjamin.

Treize –j´eus un plaisir cruel de m´arrèter
Sur ce nombre.

Marcel Proust

Le reploiement vierge du luvre, encore, prète à
Un sacrifice dont seigna la tranche rouge des
Anciens tomes; l´intruduction d´une arme, ou
Coupe-papier, pour établir la prise de posesión.

Sthéphane Mallarmé




I. Los libros y las prostitutas pueden llevarse a la cama.

II. Los libros y las prostitutas entrecruzan el tiempo. Dominan la noche como el día y el día como la noche.

III. Nadie nota en los libros ni en las prostitutas que los minutos les son preciosos. Sólo al intimar un poco más con ellos, se advierte cuanta prisa tienen. No dejan de calcular mientras nosotros nos adentramos en ellos.

IV. Los libros y las prostitutas se han amado siempre con un amor desgraciado.

V. Los libros y las prostitutas tienen cada cual su tipo de hombre que viven de ellos y los atormentan. A los libros, los críticos.

VI. Libros y prostitutas en casas públicas… para estudiantes.

VII. Libros y prostitutas: raras veces verá su final quien los haya poseído. Suelen de desaparecer antes de perecer.

VIII. Qué gustosa y embusteramente cuentan los libros y las prostitutas cómo han llegado a ser lo que son. En realidad, muchas veces ni ellos mismos se dan cuenta. Durante años se cede a todo “por amor” hasta que un buen día aparece en la calle, convertido en un voluminoso “corpus” que se pone en venta, “por amor a la causa”, nunca había pasado de ser un vago proyecto.

IX. A los libros y a las prostitutas les gusta lucir el lomo cuando se exhiben.

X. Los libros y las prostitutas se multiplican mucho.

XI. Libros y prostitutas: “vieja beata –joven golfa—“. ¡De cuántos libros proscritos antaño no ha de aprender hoy la juventud!

XII. Los libros y las prostitutas ventilan sus discusiones en público.

XIII. Libros y prostitutas: las notas al pie de página son para aquéllos lo que, para éstas, los billetes ocultos en la media.

domingo, 1 de noviembre de 2015

Por una Palestina libre





Estimado Víctor:
Desde la campaña BDS, le estamos haciendo la siguiente invitación y también le pedimos que nos ayude a circularla. Más allá de sumar y sumar firmas, cómo sucede con algunas otras cartas solidarias, lo que buscamos es que los adherentes lo hagan con verdadera convicción y ayuden a divulgar el llamado.
La idea que tenemos es que cuando hayamos sumado un número considerable de creadores, vamos a hacer un comunicado e invitaremos a los artistas locales que se hayan adherido al boicot para un evento en el que se haga público el gesto solidario. 
Un abrazo.
Omar Ardila
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Estimado(a) artista:


Desde la campaña BDS-Colombia le extendemos la invitación para suscribir el presente llamado y sumarse al boicot cultural contra el Estado de Israel.

Nosotras y nosotros, las y los artistas latinoamericanas abajo firmantes, declaramos que a partir de este momento rechazaremos cualquier invitación que se nos haga para presentarnos en Israel o en cualquier evento financiado por este gobierno que conduzca a la "normalización" del apartheid, es decir, donde no se denuncie el régimen de segregación mantenido por el Estado Israelí contra el pueblo palestino.

El presente boicot se mantendrán, tal y como lo exige el pueblo palestino, hasta que Israel cumpla su obligación de reconocer el derecho inalienable del pueblo palestino a la autodeterminación, y acate completamente los preceptos de la legislación internacional por medio de:
1. La finalización de su ocupación y colonización de todas las tierras palestinas y el desmantelamiento del Muro;
2. El reconocimiento de los derechos fundamentales de las y los ciudadanos árabe-palestinos de Israel y su total igualdad ante la ley.
3. El respeto, la protección y la promoción del derecho de las y los palestinos refugiados de retornar a sus casas y propiedades, tal como lo estipuló la resolución 194 de las Naciones Unidas.

No me presento en Israel

 "Yo soy sudafricano y viví durante el apartheid; no tengo duda en afirmar que los crímenes de Israel son infinitamente peores que los cometidos por el régimen de apartheid de Sudáfrica".
 John Dugard, jurista internacional y ex Relator Especial 
de la ONU para los derechos del pueblo palestino

Como artistas de Latinoamérica decidimos tomar esta decisión atendiendo el llamado al Boicot, Desinversión y Sanciones contra Israel que hizo la sociedad civil palestina en 2005, ya que el Estado de Israel utiliza la cultura y los artistas para presentarse ante el mundo como un Estado normal y una democracia liberal. Uno de los instrumentos más conocidos de la propaganda sionista es la campaña de promoción cultural “Marca Israel”, que busca limpiar su imagen internacional y hacernos olvidar los crímenes de guerra cometidos cotidianamente contra el pueblo palestino. Pero nada de normal hay en ese territorio y menos cuando del mundo de la cultura se trata.
Israel, ignorando las numerosas resoluciones de Naciones Unidas y violando los principales tratados del Derecho Internacional, mantiene desde hace siete décadas un régimen de ocupación militar, colonización de asentamientos y apartheid jurídico. Presentarse en este país significa invisibilizar esta realidad y ocultarla bajo un manto de cultura y multiculturalismo.
No puede haber multiculturalismo en un territorio donde se niega y se ataca una de las culturas existentes: en 1948 durante la Nakba, alrededor de 70.000 libros palestinos fueron recogidos, 24.000 de estos fueron desechados, 7.000 se encuentran hoy en la Biblioteca Nacional de Israel sin poder ser conocidos por sus dueños originales y de los restantes se desconoce su paradero. En 2002, el ejército israelí arrasó el centro cultural Khalil Sakakini en Ramala, en una operación en la que se destruyó el manuscrito del gran poeta Mahmud Darwish, constituyendo una pérdida irreparable del patrimonio cultural del pueblo palestino. Demolió también el Stone Theatre, antecesor del reconocido Teatro de la Libertad (Freedom Theatre) de Jenín, e ilegalizó grupos teatrales y culturales como el grupo de danza tradicional Al-Founoun. En 2012 allanó y vandalizó dos canales de televisión palestina y permanentemente persigue, reprime y detiene a estudiantes y artistas, como la bailarina de folklore Lina Khattab o el dibujante Mohammed Sabaaneh (entre muchos otros). 
Aunque muchos países han prestado apoyo al desarrollo de la cultura en Palestina, Israel ha impedido que este apoyo sea efectivo. En 2009, la policía israelí irrumpió en el Teatro Nacional Palestino de Jerusalem el primer día de un festival de literatura organizado por el consulado británico y la UNESCO, para suspenderlo por orden judicial. Del mismo modo y el mismo año, cerró el Centro Cultural Nidal que había sido financiado por la cooperación española, el cual no pudo volver a abrir sus puertas sino hasta septiembre de 2012.
El reconocimiento del apartheid israelí en territorio palestino ya es una cuestión evidente en muchos círculos internacionales. Así se han posicionado reconocidos defensores y defensoras de la justicia y la paz, como los sudafricanos Nelson Mandela y John Dugard, las indias Vandana Shiva y Arundhati Roy, la guatemalteca Rigoberta Menchu Tum, la canadiense Naomi Klein, los norteamericanos Noam Chomsky, Max Blumenthal, Judith Butler y Jody Williams, el escritor y filósofo portugués José Saramago, los españoles Juan Goytisolo y Juan Diego Botto, los británicos Stephen Hawking, Ken Loach y Tariq Ali, los israelíes Illan Pappé, Gideon Levy y Amira Hass, los Premios Nobel de la Paz Mairead Maguire, Shirin Ebadi, Desmond Tutu y Adolfo Pérez Esquivel, y el francés de origen judío co-autor de la Declaración Universal de los Derechos Humanos Stéphane Hessel. Hasta el expresidente de Estados Unidos Jimmy Carter calificó al Estado de Israel de sistema de apartheid.
Tras su visita a Palestina Desmond Tutu, Premio Nobel de la Paz y arzobispo de la iglesia anglicana que luchó contra el apartheid en Sudáfrica, describió el entramado colonial israelí como un sistema que segrega y discrimina a la población palestina: “He estado en los Territorios Ocupados por Israel y he visto las carreteras de segregación racial y las viviendas de los colonos israelíes que tanto me recordaron al Apartheid sudafricano. He presenciado los controles, la humillación de hombres, mujeres y niños palestinos. Los asentamientos son espléndidas mansiones con piscina, cuya agua proviene de los acuíferos palestinos y sus aguas residuales se evacúan hacia el territorio palestino”.
Para rechazar estas atrocidades muchas personalidades y artistas se han sumado a lo que se ha denominado el Boicot Cultural y Académico. El 31 de mayo de 2010, tras el asesinato de nueve ciudadanos turcos a manos del ejército israelí en el ataque a la flotilla que llevaba ayuda humanitaria a Gaza, parte de la escena musical internacional reaccionó de manera contundente: el famoso grupo de rock Pixies, el grupo londinense de dance-punk e indie-rock Klaxons y el proyecto musical Gorillaz Sound System creado por Damon Arbarn, el cantante de Blur, cancelaron sus conciertos en Israel. El cantante folk estadounidense Devendra Banhart justificó la cancelación de su actuación en Israel diciendo: “parece que estamos siendo utilizados para apoyar ideas que no son las nuestras”, en referencia al intento de Israel de que su visita fuera presentada como una muestra de apoyo a sus políticas. Estos músicos no hicieron sino seguir el ejemplo que habían dado unas semanas antes Elvis Costello, el poeta y músico Gil Scott-Heron, y el guitarrista mexicano Carlos Santana, al cancelar sus actuaciones en Israel, como se lo había solicitado el movimiento BDS.
En julio 2010, fue el turno de los actores Meg Ryann y Dustin Hoffmann, quienes renunciaron a acudir a un festival de cine en Israel. En agosto de 2010, 500 artistas contra el apartheid en Montreal se adhirieron al boicot cultural en una campaña ejemplar que inspiró la Campaña Irlandesa de Solidaridad con Palestina al lanzar una iniciativa similar. El compromiso de los artistas irlandeses de boicotear Israel fue asumido por más de 200 artistas. Un poco más tarde, artistas sudafricanos lanzaron su propio llamamiento. Recientemente, más de 700 artistas del Reino Unido expresaron su adhesión al boicot cultural.
Actuar en Israel es tan grave como haberlo hecho en la Sudáfrica del apartheid. Tal como lo hizo saber la Red Solidaria Contra la Ocupación de Palestina (RESCOP) a las y los artistas que tienen previsto actuar en el Festival de Ashdod. Mientras quienes apoyan el bloqueo y los bombardeos sobre Gaza disfrutan el espectáculo de los artistas que visitan Israel, en Gaza más de un millón y medio de personas intentan sobrevivir entre escombros, aguas residuales y contaminación, sin techo, luz ni agua potable. Después de que durante el verano pasado, la Franja de Gaza sufriera un brutal ataque por parte del ejército israelí, que asesinó a más de 2200 personas palestinas, entre ellas más de 500 niños y niñas, y destruyó completamente las infraestructuras de viviendas, sanidad, educación y cualquier tipo de recurso económico.
Frente a esa agresión, casi 300 sobrevivientes del holocausto nazi publicaron una carta en el New York Times. A través de esta condenaban las prácticas genocidas llevadas adelante por Israel y convocaban al apoyo a la Campaña BDS diciendo: “Nunca más” debe significar ¡nunca más para cualquiera!
Por estas razones y siguiendo el ejemplo que a nivel internacional nos han dado importantes artistas, académicos y personalidades, impulsando y acatando el boicot cultural, desde el arzobispo Desmond Tutu hasta Roger Waters de Pink Floyd, Carlos Santana, Cassandra Wilson, Lauryn Hill, Elvis Costello, Primus, Pixies y muchos/as otros/as, es que hemos decidido no presentarnos en Israel hasta que respete el Derecho Internacional y las resoluciones de Naciones Unidas que le ordenan poner fin a su ocupación, colonización y apartheid contra el pueblo palestino.


BDS – Colombia
https://boicotisraelencolombia.wordpress.com/
boicotisraelencolombia@riseup.net

ADHERENTES AL BOICOT CULTURAL

Festival Internacional de Cortometrajes y Escuelas de cine El Espejo
Muestra Itinerante de documentales de Derechos Humanos, Derecho a ver
Festival de Vídeo Documental Globale Bogotá
Muestra Audiovisual Arrecheras Heterodisidentes
Caro Tapia (Cantautora y poeta argentina)
Janett Sánchez (Poeta mexicana)
Gloria Uribe (Poeta colombiana)
Walter Caicedo (Poeta y tallerista literario colombiano)
Jorge Canales (Poeta y catedrático salvadoreño)
Óscar Rodríguez (Escritor colombiano)
Yamilet Blanco (Poeta venezolana)
Hernando Ardila González (Director de Festival de escritores "Vuelven los comuneros", poeta colombiano)
Josefina Sibrián (Poeta y catedrática salvadoreña)
Bolívar López (Escritor ecuatoriano)
Jorge Figueroa (Poeta y cantautor argentino)
Yuli M. Santamaría (Poeta colombiana)
Cecilia Urrutia (Poeta colombiana)
Luis Alvarenga (Escritor y catedrático salvadoreño)
Roxana Pinilla (Poeta colombiana)
Martha Isbelia Pabón (Poeta colombiana)
Lauri García Dueñas (Escritora y periodista salvadoreña)
Jael Monroy Soto (Escritora colombiana)
Nanezchda Olarte (Poeta colombiana)
Héctor Hernán Hurtado (Escritor y narrador oral colombiano)
Norma Volpi (Poeta argentina)
Cristo García Tapia (Poeta colombiano)
Omar Ardila (Poeta y ensayista colombiano)
Saúl Ibargoyen (Poeta, novelista y periodista uruguayo)
Victor Bustamante (escritor colombiano)

Hikari Oe



Hikari Oe

                                                      Para Hela Kobal
Víctor Bustamante


De qué región de la oscuridad y de su noche
De qué territorio de silencios y abismos en ese destino ignorado por un dios perverso que lo condenó entre la muerte y el desasosiego, a la quietud y a la perplejidad, 
ha regresado Hikari Oe,
que ha caminado hacia su centro, a su interior, por esa caverna, que como un mandala oscuro de laberintos aún más sombríos busca regresar a un sitio común: la plenitud.
Escucha los pájaros de la noche, volar en la entraña de pedernales negros,
Allí no hay dilemas, ideologías ni desenlaces extremos
Él regresa con esas flores sangrientas que son las cenizas de su esperanza: los haikus de su música: un adagio con los sonidos del piano y la flauta
Para darnos
La versión que encontró dentro de sí
Una parte de la música olvidada de Japón
Que él guardaba en su interior y le fue entregada cuando un pájaro desde un cerezo le abrió la llave al alfabeto de las baladas que no había escuchado, y que serían suyas
Hikari Oe esta mañana de octubre, una mañana lluviosa, me ha dicho que ha vagado como si fuera Matsuo Basho en busca de sus justas palabras para decir sobre el camino que solo recorre el crepúsculo
Hikari ha convertido los haikus en su música
Tanta desesperanza derrotada por la dulzura de su Adagio
Tanta melancolía olvidada por su Nocturno
Tanta vida y frescura que brota como el agua del alfabeto de sus notas en un Grief

Hoy no caminaré por el bosque de los suicidas de Tokio, Aokigahara, donde se advierte:
“Tu vida es valiosa y te ha sido otorgada por tus padres. Por favor, piensa en ellos, en tus hermanos e hijos. Por favor, busca ayuda y no atravieses este lugar solo”.

Hikari desde el extremo de su territorio, donde no hay dioses turbios ni imperios, ni la blancura del monte Fuji, me ha señalado con la melodía de su ternura que no vale la pena seguir el camino de los suicidas del crepúsculo,
y ahora me he detenido cerca a los lagos del bosque sagrado para que mis manos palpen el agua infinita
Mientras Kensaburo Oe, su padre, lo lleva en bicicleta por las calles turbias de Tokio.

Hoy he conocido a Hikari, a través de los soles nacientes de su música que atraviesa zonas oscuras, territorios ignorados, aceras grises, cúpulas de neón de los rascacielos de Sunhine City, pero el agua fresca de su Adagio me acompaña, incluso en esta noche cuando acecha desde los almanaques la muerte.

Ah, la vasta noche de noviembre


                                                      Noviembre 1 del 2015

martes, 20 de octubre de 2015

35. Medellín: Deterioro y abandono de su Patrimonio Histórico. Laguna de Guarne





35.  Medellín: Deterioro y abandono de su Patrimonio Histórico. Laguna de Guarne

La extinción de la Laguna de Guarne

                                  Para Rosa de Santis
Víctor Bustamante

Francisco Antonio Cano en 1892 se fue exclusivamente de paseo a pintar un fresco en la Laguna de Guarne. Algo misterioso o de curiosidad le llamó la atención, porque subir allá, a la montaña, a Mazo, era una verdadera odisea en ese Medellín rural. A lo mejor andaba hastiado de la vida pueblerina, a lo mejor necesitaba un paisaje nuevo, y ese, era nada menos que el de la laguna. En esa pintura Cano se interesa más en la vegetación, de la cual era un excelso conocedor, y solo en la parte de abajo del paisaje notamos el espejo de agua de la laguna.

En 1905 el médico Ricardo Rodríguez, invitó a su finca de Guarne a unas treinta y dos personas que serían fotografiadas por Melitón, su sobrino. En la primera vemos a los invitados, elegantes, en la orilla, mientras unos ya están dispuestos a zarpar, es decir a chapotear los remos y a lo mejor pensar que navegan en el Sena, ya que Ricardo había trabajado y estudiado en París durante algunos años, y les enseñaba las bondades y el disfrute de la vida acuática, así fueran vestidos con ruanas, sombreros y carramplones. Todos ellos, hombres y mujeres, se ven con sus tocados de fiesta, lo cual da la idea acerca de que ir allá era todo un evento. En la segunda de esas placas, algunos de ellos posan junto los patos, y, en la otra, los paseantes muy serios y circunspectos detienen la canoa en la orilla para darle comida a los mismos patos, y para la eternidad de fotografía.

Por supuesto, que estas anotaciones sobre dos estadías allá en la Laguna de Guarne, era por algo que se daba en Medellín, se había puesto de moda los viajes campestres a las afueras.

Pero en 1917 ocurrió lo inesperado: la famosa tragedia de la Laguna de Guarne, la cual le otorgó un carácter de misterio a ese balneario en lo alto, al demorarse unos días en ser encontrados algunos cadáveres. Había ocurrido un accidente que conmovió profundamente a Medellín. Desde entonces la laguna perdió su volumen de aguas y quedó reducida a un lodazal. Existió un proyecto para construir allí un hermoso parque y dotar nuevamente a la laguna de agua, pero esta idea se convirtió en lo de las buenas ideas de las que están empedradas el infierno: en nada.

Resulta que había llegado desde Medellín un paseo, nunca a temperar ni a que los viajeros fueran a ser miembros de la Liga de Temperancia. Nada de eso. Por el contrario, eran buenos bebedores, dipsómanos nunca de ocasión, sino melómanos, que disfrutaban una de las canciones del momento, “Las cabañas”, que cantaba nada menos que el dueto del momento, Pelón Santamarta y Cabecitas, quienes habían viajado a la finca de don Francisco Pérez que fue convirtiéndose el paseadero predilecto de los medellinenses.

Los paseantes tomaban aguardiente, y animados, con deseos de convertirse en navegantes, prepararon una barca y se dispusieron, nueve de ellos, bien borrachos a navegar, en ese pequeño mare nostrum paisa,  con tan mala suerte que naufragaron. Uno de los presentes desde la orilla, que veía la barca alejarse hacia el interior de las aguas, acudió a arrojar una soga, y así, aferrado a ella fue rescatado Pelón, hábil y excelente nadador, que fue el primero en salir. Pelón Santamarta, peleando con las aguas y con la niebla en plena noche, rescató a cuatro de los paseantes embriagados, que no sabían nadar, entre ellos a su compañero musical, Cabecitas. Pero murió uno de los viajeros, Marco Aurelio Correa persona muy entrañable en Medellín.

La tragedia de la Laguna de Guarne, donde Pelón Santamarta fue uno de los principales actores, lo había conmovido tan hondamente que decidió callar y colgar su lira. Pero sus amigos lo convencieron para que volviera a su actividad musical y así continuó cantando, bebiendo y produciendo su licor en su propio alambique, por supuesto con Cabecitas (Enrique Gutiérrez).

En sus Memorias 1918-1935, don Ricardo Olano señalaba: “Cuando Medellín tenga 100.000 habitantes sería posible establecer un funicular a la laguna donde se pueden poner restaurantes, etc.” Y no era para menos, ya se había puesto de moda las excursiones y existían lugares preferidos de Medellín a otros lugares como Bolombolo, Sopetrán, Caldas. Incluso las salidas a la Laguna de Guarne merecieron ser tratadas en algunas tesis como parte integral en la formación de profesores y actividades complementarias de estudiantes. León de Greiff, que nunca había viajado al exterior y desde Bogotá añoraba el mar, al que le compuso dos hermosos poemas, pues, solo lo había visto, así como la mayoría de los Nuevos, en una película Las rocas de Kador, también le escribiría a Bolombolo unos sentidos poemas, como si necesitara vivir esa experiencia del trópico montañero, para decir: "Oh Bolombolo, país exótico y no nada utópico”.

Un dato nos ha obsequiado el poeta e historiador Luis Fernando Cuartas sobre la Laguna de Guarne. En varias ocasiones salió de excursión el Hermano Daniel, de la Comunidad de la Salle, con el sacerdote, también científico, Henri Rochereau, para comenzar un proceso de clasificación geológica, botánica y de animales endémicos, de 1933 a 1945, visitaron el Oriente Antioqueño y el Norte del departamento. En una excursión al cerro de la Vieja como se llamaba en 1937, el ascenso para llegar a la Laguna de Guarne, esta vez con el Hermano Tomás Alberto, clasificaron varias plantas que ahora reposan en el herbario de la Universidad Nacional, sede de Medellín. Allí pudo recolectar y clasificar orquídeas y helechos y frailejones. Y una de ellas lleva este nombre: Eschweilera antioquensis.

Luis Fernando Garcés, el cantante de una balada que lo identifica: Lorenzo, y de Los Yetis señala que llegó a subir, con algunos amigos del Sufragio, en la década del 60, por una suerte de camino escarpado, paralelo a los tubos del acueducto de Manrique hacia la laguna. Allí navegaron en barcas, con la certeza de que el fondo de la laguna era muy pantanoso y de un peligro total para los nadadores, ya que allí se ahogaron algunas personas.

Si comparamos algunas indicaciones de paseantes en dos épocas diversas, nos permiten saber del viaje allá, cuando la geografía ya tiene nombres diferentes. Una de ellas añade: “Se llega desde Guarne subiendo por una vía que lleva al alto de Medina y luego al Tambo, de allí se sigue derecho y se llega”. Otro caminante, más detallista, añade: “De allí se ve toda la panorámica de la ciudad. Desde Medellín se llega subiendo por Enciso, se llega al Pan de Azúcar, se continúa subiendo y se toma un camino de piedra entrecortado que algunos dicen es pre hispánico y que, en algunos tramos está muy conservado y es asombrosa su ingeniería, que es de piedra, y tiene dispuestos sus drenajes y a tal maravilla si no estoy mal, en estos días, lo estaban interviniendo para restaurarlo. Lo cierto es que se trata de una loma la macha.  Yo he hecho ese recorrido muchas veces en ambas direcciones totalmente a pie: Medellín-Guarne y Guarne-Medellín, uno camina más de dos horas subiendo y llega a la laguna, que en algunas épocas se ha secado”.

Bajo el precepto latino: Mens sana in corpore sano, tan deseada, y de especial significación en la vida del Seminario de Medellín, programaban largos paseos a pie todos los años. Solían realizarse a los cerros circunvecinos de la ciudad, y en especial a la Laguna de Guarne.

Hoy la laguna es visitada como algo de ocasión ya sea por caminantes, por ciclistas, incluso motociclistas, van a ver lo inaudito, que en Medellín haya una laguna en las afueras. Ya que la ciudad le dio las espaldas a las quebradas y a su río. Los habitantes de los barrios altos, la llaman la piscina de Santo Domingo.

Pero dejemos esa historia atrás, esa historia que matiza los diversos lugares de la ciudad, por una razón de peso: la laguna no está herida de muerte, creo que ha se ha extinguido, aunque algunos reportes añaden que desde 1997 al 98 se ha secado en varias ocasiones.

En El Mundo del 22 de noviembre del 2009, hay una referencia a la Laguna de Guarne donde se afirma que se secó totalmente. Allí Corantioquia realizó una investigación y descubrió como un contratista de EPM había realizado un bombeo.

Sigue la nota de El Mundo: “Durante la época de sequía que sufrió la laguna, contratistas de EPM se encontraban en la construcción del acueducto para la vereda Piedras Blancas, del corregimiento de Santa Elena. En sus trabajos de mezcla de cemento, el contratista decidió bombear agua de la laguna hacia las obras”.

Por supuesto responderían de EPM, como si fueran la última palabra y no la falsa justificación de un hecho comprobado:

“Nosotros sí hicimos un bombeo de agua para la construcción de unas estructuras, pero el volumen que sacamos fue muy bajo como para considerarlo un factor de desecación de la laguna. De los aproximadamente 250 a 300 metros cúbicos que tiene este cuerpo de agua, nosotros extrajimos 4.8 metros cúbicos, lo cual es un porcentaje pequeño del volumen total de agua”, explicó Juan David Echeverri, subdirector de Relaciones con Entes Territoriales de EPM.

También se presentó una controversia debido a la muerte de sabaletas, pero de inmediato contratacó una funcionaria de oficina, ingeniera ambiental del Parque Arví, al añadir que no tenía noticia de que allí existieran peces, y por supuesto, lo justifica con sus manuales de ocasión, no con visitas al lugar.
Unos cincuenta años atrás, según añade Fadduil Alzate experto en Patrimonio, RCN al situar las antenas de trasmisión en mitad de los dos cuerpos de agua, y un terraplén, ayudó a que la primera parte de la laguna se secara totalmente. Es obvio que en el país de ese tiempo, nadie se ocuparía de una desecación de una parte de una laguna algo remota y casi olvidada en los mapas y ya en la mentalidad de los viajeros locales.

Hoy 18 de octubre del 2015 hemos ido de visita al lugar, a la Laguna de Guarne, teníamos muchas expectativas pero estas se fueron reduciendo al observar que la entidad encargada del lugar como es la poderosa y aniquiladora, soberbia y multimillonaria EPM haya permitido destruir los caminos indígenas, ya sea tapándolos con arena, o dejando que las lajas de piedra se salgan de su lugar y lo inaudito: que pavimenten parte de esos caminos.

Al llegar a la laguna, junto a algunos estudiantes y su profesora del IE Jesús Rey, quedamos absortos y tristes: la laguna se había secado. Los chicos, alegres y bulliciosos, han corrido al centro de lo que fue laguna buscando una gota de agua, pero qué va, no había ni una gota de agua. Solo el paisaje desolado en esta tarde de domingo: la Laguna de Guarne, objetivo de nuestra visita ya no existía.

Por supuesto, no iré a preguntar por este desastre ecológico a EPM, encargada de velar por este lugar, y por su irresponsabilidad. A lo mejor en estos meses se encontrarán ideando cómo disponer las luces, cómo enroscar las bombillas, cómo realizaran sus diseños impactantes, para que el príncipe y su corte piensen que habitan en la estratósfera, y para que sigan creyendo que Medellín es la ciudad luz, y así mismo oculten la letrina en que se convirtió el río Medellín desde hace tantos años. Y de esa manera con tanta actividad en tantas esferas, la poderosa compañía no le interese cuidar la ecología ni los terrenos a la cual está obligada. A lo mejor se encuentra en las altas esferas de la globalización invirtiendo en otros países, como lo hace, y por supuesto, continúa embobando a los ingenuos medellinenses con el falso y fastuoso alumbrado público de diciembre, como su regalo a la comunidad.

Como en los anteriores episodios del año 1997 y el del 2009, las noticias de la desecación de la Laguna de Guarne la harán los expertos de la gran empresa de servicios públicos de Medellín con la misma improvisación y mentira a la comunidad: fue el fenómeno del clima, o fue un proceso natural. Y, a lo mejor, lo explicarán de una manera científica, y entre comillas, muy convincente, pura fachada. Lo cierto es que la laguna se encuentra abandonada, así como lo el aviso oxidado casi ilegible que nos recibe: “Bienvenido al Parque Ecológico Piedras Blancas. Núcleo la laguna. Espacio vital para el disfrute de la comunidad.

Sí, mucho disfrute en una zona donde el caminante debe estar alerta.

¿Cuántos años hace que un funcionario de menor rango no va a la laguna, porque los otros los mayores, de tacón alto, se encuentran en el resto de Latinoamérica buscando inversiones y negocios para le poderosa empresa de Medellín? ¿Hay guardabosques en la zona cercana de la laguna?

¿Y Corantioquia? ¿Dónde está Corantioquia que otra vez se dejó coger in fraganti? ¿También dirá lo mismo?: ¿que fue un proceso de desecación natural, el fuerte clima y no el descuido y desinterés de EMP? ¿Y qué dirá la Secretaría de Medio Ambiente? ¡Qué justificaciones tendrá si es que las presenta?

EPM, Corantioquia, la Secretaría del Medio Ambiente deben explicaciones a la comunidad no ases oscuros bajo la manga como distracción.