viernes, 15 de febrero de 2013

Luis Fernando Garcés

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Luis Fernando Garcés

Víctor Bustamante

Conocí a Luis Ferrando en Versalles, es decir en persona, porque ya la conocía desde hacia años al escuchar una balada que él cantaba, “Despierta Lorenzo“, que refería la vida de una persona que parecía dormir de una manera constante. Esa balada es tan diferente a las otras que refieren al amor que era raro que se mantuviera en un medio donde la mayor parte de los compositores se detienen solo en el tema amoroso. Es más, aun no sé, no le he preguntado la razón por la cual escogió esta canción de Los Iracundos para que se convirtiera, su versión, en su marca como baladista.
Hay algo valioso en su conversación, conoce  la vida de Medellín antes del despelote actual. La ha caminado y conoce muchos de sus rincones, de sus historias por los lados de Boston que ha sido su barrio habitual. Además Luis Fernando es un referente en cuanto se refiere a la movimiento musical de la ciudad desde los años 60, así como a las utopías generacionales que han marcado a Medellín, así ellas con los días se convierten en una rareza de la memoria.
Pero ahora vamos a decir que Luis Fernando pertenece a Los Yetis, y con ellos ha regresado a contarnos esas canciones que los hicieron como el grupo musical de más factura en aquellos años cuando se presentaba una ruptura entre la música triste y dulzarrona y aquella que irrumpía con otros sonidos y otras propuestas.
En nuestros encuentros, en Versalles o en Junín, esa calle mayor, siempre aparece un sello: su amor a la música de Los Beatles, de la cual es un excelso coleccionista, así como es interesante  hablar de esos baladistas de los años 70 cuando el rock llegó de una manera arrasadora a Medellín. 
Cierto, él es un habitué no solo de Versalles sino de esa ciudad sagrada que no han podido destruir del todo sus malos administradores, ante el abandono actual. Caminarla con Luis Fernando Garcés es saber la historia viva de esa ciudad desde los años 60, cada esquina, cada calle, cada lugar tiene una definición.
Ahora su preocupación es mantener latente la música de Los Yetis, como si quisiera decirnos: nosotros también hacemos parte de esa ciudad musical desde hace muchos años y aquí estamos con nuestra música, con nuestro mensaje de una ciudad, de una sociedad que se resiste al olvido.
Luis Fernando Garcés nos ha brindando su amistad, su generosidad, las largas tardes de conversación sobre esa ciudad que se diluye, sobre los personajes que la han amado y que no aparecen en ningún texto de historia porque muchos de nuestros escritores permanecen alabeados por su propios poemas, sus novelas sobre la situación de Medellín, menos inmersos en salir a conocerla, a vivirla. La ciudad no hay que buscarla en otra parte perdura aquí en estas calles que caminamos, que sentimos como nuestras y que han sido abandonada al azar.
Aquí él nos entrega su presencia como transeúnte de esas calles, su persistencia en la música, pero sobre todo en ese empeño en no dejar que una generación sea sepultada por eso que llaman la internacionalización de la ciudad, los eventos de risa que parece que convocan muchas personas al menos si lo dicen alguna estadísticas.
Aquí en esta conversación, Luis Fernando Garcés, aparece con sus sueños y utopías, pero sobre todo él mismo dándonos la presencia, como testigo de Medellín.


2 comentarios:

Pepita dijo...

¡Oye Lorenzo, despierta!
Y dinos: ¿Hay vida antes de la muerte?

Fans a gogo de botacampana dijo...

Yea, qué dicha que desenterraron a Luis Fernando Garcés, el más importante compositor yeye y gogo de Medellín.

Especialmente me gustaba este verso que cantaban los Yetis:

"¡Despierta Loorenzo,
despierta Loorenzo,
Despierta Loorenzo,
mañana hay que trabajaar!"