domingo, 27 de enero de 2013

1. Medellín: Deterioro y abandono de su Patrimonio Histórico

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Casa de Carlos E Restrepo 2008
 
 
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1.      Medellín:
Deterioro y abandono de su Patrimonio Histórico

Víctor Bustamante

No sabemos qué mal le ha causado el ilustre hombre público, Carlos E. Restrepo, a Medellín, ya que en otro país su casa hubiera sido considerada patrimonio histórico. Aunque un barrio lleva su nombre se le recuerda como algo general no en lo específico. Nuestra ciudad es cruel son sus hombres que le han dado brillo: ya no existen, y no se construye civilidad al olvidarlos tan fácilmente. La lista es larga: poetas, narradores, pintores, músicos y buenos políticos sufren la desidia de quienes deben estar encargados de esta labor, de conservar el patrimonio de la ciudad.

Carlos E. Restrepo fue presidente de Colombia hace cien años, y fue el primer antioqueño en acceder al solio de Bolívar, además fue rector de la Universidad de Antioquia, concejal, diputado, representante a la cámara, embajador, y como si no bastara su quehacer político, fue el creador de la Imprenta Departamental de Antioquia, fundador de la Lotería de Medellín, creador de la Fundación San Vicente de Paúl, fundador de la Sociedad de Mejoras Públicas y de la Cruz Roja Colombiana en Medellín. Su labor intelectual es notoria: dirigió El Correo de Antioquía, fundó La República, fundó Vida Nueva, y la revista Colombia, colaboró en revistas antioqueñas de principios del siglo XX como El Montañés, La Miscelánea, Lectura y Arte y Alpha.

En la actualidad la casa de Carlos E. Restrepo, situada en Prado, está abandonada, se dice que van a construir un centro comercial, y parece que en la ciudad no hay instituciones que tengan que ver con al patrimonio, no hay dolientes.

Por eso necesitamos un Concejo Municipal fuerte e ilustrado que no deje la ciudad a la deriva y que obligue a los administradores públicos a que tengan sensibilidad sobre nuestro patrimonio que es nuestra historia. Necesitamos que estén alerta con las veleidades de estos y que se acceda a un proceso de Ilustración porque los empleados públicos no pueden dejar abandonada a la ciudad de ninguna manera.

Cuánto se ha gastado en insertar a la ciudad en los circuitos internacionales como bandera, pero al mismo tiempo como signo de escasez de ideas para con Medellín, que se merece mejor suerte. Cuando la ciudad no promueve sus valores y antes por el contrario los olvida y presenta una desidia total sobre nuestra misma historia es una ciudad abandonada a su suerte, sin brújula. Sin memoria nunca se puede construir la internacionalización de la ciudad, Medellín tiene su historia, pero no se reivindica sino de una manera improvisada.

Los administradores oficiales últimamente están más cerca de la farándula, traen a Palito Ortega, un remedo del Circo del Sol, a Silvio Rodríguez, queman pólvora gastando millones en ello, los empujan los medios de comunicación y los periodistas desaprensivos que piensan que así se internacionaliza la ciudad, mientras está se derrumba en su interior. Ya lo sabemos, a nivel social, y más escondido por allá en una galaxia cercana al olvido: su patrimonio cultural tangible e intangible.

No queremos más estudios de planeación municipal o departamental, no queremos más comisiones sobre historia, que son un paso hacia el silencio, queremos hechos.

Por qué han sido tan ineficaces todas las administraciones de la ciudad, los anteriores Concejos municipales  que nunca han sido capaces de abordar este tema y darle seriedad.

¿Cuál es la institución encargada del patrimonio Histórico de la ciudad?

¿Dónde está la responsabilidad histórica de las  facultades de arquitectura y de historia de Medellín?

¿Aun enviando a los estudiantes a realizar maquetas en cartón paja en Prado, o como una simple curiosidad, junto a los imitadores de Foucault y Serres?

Medellín es una ciudad muy compleja, hay muchos problemas de diverso orden, pero también debemos cuidarla, con cada lugar que desaparezca, se muere nuestra historia.


sábado, 26 de enero de 2013

Felipe Vásquez Prado Patrimonio de la Ciudad

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Felipe Vásquez
Prado Patrimonio de la Ciudad
Víctor Bustamante
Cuando los periódicos de la ciudad la abandonaron para dedicarse más a la política, no a la libertad de prensa sino a la libertad de empresa, apareció una alternativa: los periódicos barriales que necesitan que las comunidades se comuniquen entre sí y expongan su problemática. Esto trae como consecuencia que dentro de ellas mismas se propongan soluciones. La de Prado a nivel de patrimonio es una de las más graves, ya que la indiferencia de los organismos estatales para no dejar que el patrimonio sea destruido siempre ha estado presente para dar soluciones.
De ahí que este periódico, Prado patrimonio de la ciudad, tenga su oficio, dar a conocer este estado de cosas a cargo de la Junta de Acción Comunal y del director del periódico Felipe Vásquez.
Desde las diversas administraciones públicas de la ciudad nunca se han tomado políticas serias de protección a Prado. Medellín es una ciudad con una problemática muy fuerte a muchos niveles, pero también es cierto que es necesario que los administradores de la ciudad se sensibilicen, que aprendan a conservar los lugares valiosos de la ciudad y a ilustrarse acerca de esa temática, para evitar la destrucción que se ha llevado a cabo desde hace muchos años.
Calles, cemento, edificios, la agenda de lo llamado la “internacionalización# de Medellín, una ciudad que aún no es competitiva por muchos motivos pero el llamado Buró está muy interesado en dar a conocer solo una cara de la ciudad, mientras las otras se derrumban en su interior. Aunque sí hay una política: el silencio, los papeleos para no solucionar nada como en ese mundo sucio casi kafkiano pero más tropical e irresponsable que nunca.
Medellín nunca pudo tener un centro histórico como toda ciudad que se respete, a nadie en la ciudad le interesa el tema del patrimonio, solo la rentabilidad a como dé lugar. Hay varios ejemplos: nunca se terminó lo que es hoy  el Palacio de Cultura que abarcaba toda la cuadra y apenas se realizó una cuarta parte de él, el edificio del teatro Junín destruido, el teatro Medellín, la estaciones del ferrocarril, y una casa de Agustín Goovaerts en Maracaibo convertida en oficinas de la Cámara de Comercio,  el edificio de la Farmacia Pasteur destruido y la Plaza de Guayaquil destruida, el abandono total del Centro por parte de todas las administraciones. Hay un libro revelador sobre este tema del profesor Fernado Botero que se refiere a esa trama de intereses entre lo público y lo privado.
De ahí que Medellín nunca ha sido la más educada sino para las mentes calenturientas de algunos políticos que ha ideado frases que se repiten sin sentido, ya que los administradores de la ciudad no la conocen ni la viven. Medellín hace años esta al desgaire, ahora se habla de una campaña acerca de que Medellín es la ciudad mas innovadora y es como para morirse de la risa, como es a nivel internación al, desde las emisoras se invita a votar  ala ciudanía para ganarle a ciudades como Nueva York, pero en su interior la ciudad se cae a pedazos; hace poco destruyeron la casa de Carlos Vieco para construir un edificio y todos se callaron tan callados y tan educados en la ciudad más educada, es decir, más solapada, no le interesa su patrimonio histórico.
Hay un proceso de Ilustración que es necesario darles a muchos administradores de la cosa pública y a algunos políticos serios para que sepan que una ciudad no es para darle paños de agua tibia y palmaditas en el hombro o sacar las agallas para subir impuestos y recaudar dinero que se pierde. Prado, nuestro patrimonio, necesita soluciones.
Algo es cierto ni Medellín es una es una de  las tres ciudades más innovadores del mundo a pesar de los incautos que votan junto a los empleados públicos,  pero algo sí es cierto: Medellín es la que menos le interesa su patrimonio. La ciudad no está allá en lo “internacional“, está aquí viva con su tráfago diario y con sus problemas que nadie intenta buscarles solución.
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lunes, 14 de enero de 2013

Carlos Bueno: Bitácora de la infamia


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Carlos Bueno: 

Bitácora de la infamia




Víctor Bustamante

En nuestra tradición literaria existen dos clases de escritores: aquellos que  mantienen el statu quo y se divierten con su columna, y los leen con cierta frivolidad sus amigos.  Estos son escritores cómodos y tan poco se preguntan que nunca han tenido en su vida una discusión; ellos acceden a mantenerse con su columna dominical y asisten a ese festín del silencio para poder publicar adosados al Manual de Estilo, -y del buen decir-, claro que entre comillas, además  se solazan con la farándula política mientras el país que yace a sus pies es olvidado.
 Pero hay otros que saben que la palabra es para decir, cuestionar, criticar y esos son los valiosos. Sabemos que siempre estarán ahí, y hacen parte de esa tradición de la marginalidad y del olvido porque en nuestro país poco se aguantan el voltaje de ser criticados, piensan que son perseguidos también entre comillas, o como diría hace poco una directora de un periódico local: “Buscamos es educar nunca discutir“. De ahí a la muerte de los periódicos, debido a su nuevo carácter y comodidad hay un paso. Hay tantos intereses políticos y económicos que una censura personal hace que el periodismo languidezca a la vista de todo el mundo.
Pero dentro de este orden de ideas, al país, sí, Colombia tiene su valerosa tradición: Nariño, Camilo Antonio Echveerri, Barba Jacob, Hernando Téllez y Tulio Bayer. Y aunque faltan otros que son doblemente valiosos por mantener ese espíritu libre de un concepto que en este libro es necesario mantener a flote: la Ilustración en Colombia, tanto de las elites como de los demás, iba a decir, el pueblo colombiano pero no quiero caer en la frustración de referirme a ese concepto y abstracción para los malos políticos: los cazadores de votos.
También Carlos Bueno realiza una crónica sobre Jorge Isaacs, aquel que fue dictador de Antioquia, y escribió uno de los libros de más peso en el país, además de hacer llorar a generaciones de colombianos. Pero nos revela además ese carácter de explorador y de ser, este poeta, un buscador de tesoros perdidos y así descubrir minas de carbón para el país, y dar a conocer regiones inhóspitas, convirtiéndose en un verdadero geógrafo.
También es notorio el caso de Manuel del Socorro Rodríguez quien se ha colado a la historia del periodismo por ser un impresor. Antes ebanista en Cuba. Además Manuel del Socorro Rodríguez posee su busto en el Parque del Periodista de Medellín, con un devenir extraño, como el municipio no quiso entregar el dinero para realizar ese homenaje, resolvieron darle algunos toques y colocarle espejuelos a un busto de Antonia Santos y, por supuesto, colocarle el nombre de Manuel del Socorro Rodríguez que muy ufano alardea desde su icono de ser el gran predecesor del periodismo en el país.
Pero en el fondo Carlos Buenos nos ha hecho recapacitar sobre lo antes mencionado, el concepto de Ilustración, y cómo se ha dado en las diversas clases sociales. Desde la intención de un periodismo libre, con la aventura de fundar periódicos, sus avatares y vaivenes políticos, sus cautos suscriptores hasta {a desaparición o cambio de estilo de muchos de ellos.
Uno colige, ante los textos sobre periodismo, que muchos periódicos son el primer escalón para ilustrador al grueso de la población, inicialmente con un sentido de saber que cualquier tendencia hay que respetarla y es lo que nos da la civilidad, un concepto muy olvidado en nuestro medio.
En Bitácora de la infamia este concepto nos hace pensar en nuestro devenir intelectual.
Además no podemos olvidar que el mismo Carlos Bueno forma parte de esa tradición de escritores que decidieron decir lo que piensan, no lo que es necesario para educar entre comillas a los suscriptores. Una prensa libre ahora más que nunca es imperioso que mantenga su nivel intelectual lejos de los patrocinadores de los colores políticos o del mercantilismo de sus dueños
Bitácora de la infamia nos responde algunas de esas dudas sobre la postración del país al permitir una suerte de Inquisición  ante un personaje que tuvo mucha injerencia en la vida pública como fue monseñor Builes.


viernes, 4 de enero de 2013

NIDO DE CÓNDORES 1926 / Víctor Bustamante/

Ana Rendón Bustamante

Fernando Jaramillo


NIDO DE CONDORES
y
El Grupo Escénico de Pereira.
(1926)


Víctor Bustamante

 Una noticia aparecida en el boletín número cuatro de la Fundación de Patrimonio Fílmico Colombiano refiere sobre Nido de Cóndores: "Una película filmada en Pereira, dirigida por Alfonso Mejía Robledo. De esta película sólo se conserva una fotografía regalada por una de las actrices Inés Rendón". Guardada como recuerdo, en esta aparece Inés Rendón tocando piano y a su lado su compañero de actuación: Fernando Jaramillo. Esto es lo que dice el boletín mencionado, pero cotejando algunas fotografías observamos que quienes apareen son en realidad Ana Rendón y Abelardo Mejía Echeverri. El camarógrafo de esta película, hoy perdida, fue Máximo Calvo que había sido contratado en Panamá para dirigir la primera versión de María; de esta sólo se conservan unos quince segundos, es decir, unos cuantos fotogramas. Y fue quien en verdadera instancia, la dirigió. Recordemos que el camarógrafo, al poseer los secretos de la técnica, se abrogaba su conocimiento. Mejía Robledo en realidad había realizado el guión.
 Máximo Calvo le había relatado a don Hernando Salcedo Silva: "El argumento era sólo un pretexto para mostrar el origen y el progreso de la ciudad de Pereira, o sea que se trataba de una obra, más de propaganda  que de explotación comercial". A pesar de esto, afirma Calvo, la película  gustó.
, La película está ligada a una agrupación de teatro, el Grupo Escénico de Pereira, formado en abril de 1925 por Tulia Drews, Teresa Restrepo, Anita Rendón Bustamante, Inés Rendón Bustamante, Olga Sierra, Concha Vélez, Antonio Gómez Villegas, Gonzalo Martínez, Fernando Jaramillo, Emilio Correa Uribe, Luis Eduardo Marulanda, Mariela Gutiérrez y Enrique Aristizábal Moreno. Repentinos aficionados al teatro que pertenecían a la sociedad de Pereira reunidos por Justina González, Thyna. La primera obra que presentaron, Fuego Extraño de Antonio Álvarez Lleras,  llevó a un cronista de la revista Variedades, S. Ibero, a decir: "Queremos hacer una breve reseña de cada artista y su trabajo con la certidumbre que con el talento que lo caracteriza sabrán anotar estos -y que sí son detalles muy pequeños para corregirlos en próximas presentaciones.
Tulia Drews (Doña Consolación): "Bien, admirablemente bien. Su caracterización fue asombrosa; quizá una de las más difíciles, si recordamos que nos presenta una "personaje" absolutamente distanciado de su personalidad. Se empapó sabiamente del papel que desempeñaba y que repito era más difícil para ella salirse del medio. Muchas y muy merecidas palmas se merece esa distinguida e inteligente artista.
Anita Rendón: (Dolores): Su pelo, no es ciertamente el que despierte más simpatías, pero tenemos seguridad que en las próximas representaciones  nos dará ocasión de admirar su talento artístico.
Fernando Jaramillo (Pedro): Mejoró bastante al final. Las manos!,Oye!: más naturalidad en los ademanes y en la risa y alcanzarás palmas... Sí, tenlo, seguro".
Las películas y las obras de teatro se presentaban en el Teatro Caldas. Existía mucha admiración por las compañías de teatro español como las de María Guerrero y don Fernando Paz de Mendoza. Gusto popular que se deslizará para buscar otra opción, asistir a películas como el Emperador de los pobres.
El primer miércoles de mayo los artistas charlaban dispersos en platea. En el proscenio don Antonio Gómez Villegas -como lo llamaban cariñosamente sus compañeros- arregla unas mesas viejas y unos taburetes desvencijados. A una pregunta que le hace S. Ibero, Anita Rendón, responde: "Pues lo que soy yo no espero triunfar, mis dotes artísticas son ninguna pero me consuela tener colegas tan bien preparados".
Además de participar en eventos culturales, muchas personas de este grupo, pertenecieron al Cuerpo De Bomberos. Hay una cercanía entre civismo y arte.
Las artes escénicas y, en particular el teatro, atraen al público. Para junio 6 de 1925 se anuncia la presentación de Puñao de rosas una de las más sentimentales y más delicadas tragedias del teatro español moderno.
Para septiembre 15 de 1925 se anuncia la presentación de una obra de Martínez Sierra, el shakespereano-chibcha, Sueño de una noche de agosto.
Un cronista después de salir de la obra anota: "A decir verdad, no es para lucirse nadie... es una obra cuya fuerza está afincada en dos o tres golpes de escena colosales. Sin ellos, sería por ahí como esas semi comedias que se representan en los actos públicos cuya grandeza está marcada en aquellas frases de relumbrón: vamos pronto al combate... /... y con gran resolución... para que vea que late... en mi pecho un corazón...
Y dejando la obra quieta vamos a los artistas:
Rosario e Irene (Teresa y Ana Rendón): Bien bastante, bien en sus papeles de damas jóvenes de la representación. Teresita fue toda la "muchacha moderna" que soñó el autor. Anita, dado lo corto de su papel, no tuvo que crear ninguna actuación dificultosa y en lo sencillo de una actuación, triunfó como una secretaria 'bien' ". Este comentario lo firma otro cronista, Revistero.
Para 1925 Pereira se preciaba de ser una ciudad cívica, que reverencia a sus fundadores. Les gusta escuchar los relatos de los ancianos que recuerdan  los mangos del parque y la necesidad de reparar los bustos de sus fundadores. El centro de la ciudad es el café Blanco y Negro donde los jóvenes y vagos, siempre existen los muchachos de antes, son sospechosos por permanecer sentados mucho tiempo sin hacer nada, libre oficio, fumando y espantando moscas.
Variedades organiza el concurso: ¿De quién son estos ojos? Una fotografía con un par de ojos recortados aparece en una de sus páginas y se promete un premio por indagar a quién pertenecen. Las influencias ya empezaban con una costumbre traída de Usa: las mujeres se precian de colocar una fotografía de su hombre amado dentro la planta del zapato, imagen pisoteada.
Pereira aun disfruta de las fiestas del estudiante, y entre el ruido de los escasos autos Ford, sus propietarios  publicados en una lista de prensa, toque de distinción; siempre la gasolina tiene sus amores tempranos.
El ámbito de la ciudad se mueve en la elaboración de un programa para fiestas: Manifestación de la reina.  El conmovedor discurso de un niño del hospicio.  El desfile cívico.  El cine.  La velada.  Detalles de esta hermosa  noche de gala.  El soberbio estreno del Grupo Escénico.  La batalla de las flores.  Los juegos olímpicos.
En este tipo de programación se resume la vida apacible de Pereira.  Valores como la solidaridad reinaba en su atmósfera.  Veamos a manera de ilustración:
Se nombra una reina S.M.  Edith y dentro de un desfile de estudiantes anota el cronista:  "Un jovencito del Instituto Pereira, fue el primero que rasgó el silencio de la tarde, para ofrecer envuelto en flores y gasas el homenaje del recuerdo y de la gratitud a la gentil diosa del Olimpo, ojo sonriente y complacida, el parlar tímido de uno de sus vasallos...  Desde las siete una multitud compacta se veía  desfilar hacia el cómodo y elegante Teatro Caldas. El fin de esta velada era recoger fondos para brindar alimento a los estudiantes... algunas familias y su alteza fueron a la institución llamada Sopa del estudiante... Esta se abrió con un discurso de Emilio Correa, director de la revista Variedades y participante ocasional del Grupo Escénico. Hizo su aparición en el proscenio con esa su altanería que sabe imponerse y con su grito de clarín sonoro hería el espacio... Después un grupo de estudiantes: señoritas del Colegio Oficial, artísticamente caracterizadas. Obsequiaron al compás de sus panderetas y tamboriles la canción favorita de su país: Bohemia".
Dentro de las festividades presentaron una película, Sombra, escogida por los propietarios del Teatro Caldas: señores Sanín y Zuluaga.
El cronista  nos continúa ilustrando: "Acto seguido, la honorable junta calificadora informó a su alteza sobre el resultado y leídos los trabajos que habían salido vencedores de un concurso literario. Costumbres palaciegas que perduran, observable en el onomástico del rey donde se da más realce a una fotografía suya que a la de Abadía Méndez.
En el recinto, oloroso a jazmines y heliotropos, del Teatro Caldas  diluíanse las notas de la sonora orquesta que el maestro Arriola compone con mudez callada de la noche.
Y como un canario que salta de la jaula, donde estaba prisionero, así rompió el silencio la voz vibrante y clara del gran bardo antioqueño Carlos Mazo. Recitó su poema, Antioquia Querida. !. "
Mazo era uno de esos poetas vagabundos, verdadero bohemio, que comenzó con estos versos, su alabanza, donde canta al paisaje y su amor a la tierra: Antioquia querida, terruño adorado, / urna de mi alma: / quisiera al gorgeo de todas tus aves, /el blando murmullo de tus fuentes claras, / el áureo repique de los campanarios./ cuando vuela el Angelus sobre tus cañadas/ como una paloma que lleva en el pico/ un pálido ramo de humildes plegarias.
El Grupo Escénico empezó su trabajo con naturalidad de sus ademanes y en la soltura y la picaresca gracia de su cuerpo hizo una Rosina no soñada por Martínez Sierra. Un cronista, dijo, "pudiéramos culparla de cierta practica que se gasta la mujer pereirana para eso de hacer esclavos de amor a millares, Teresita siempre da la limosna de su sonrisa".
Un cronista aficionado al cine, crítico temprano, destroza, El centinela del firmamento: "Una de las cintas más emocionantes que yo haya presenciado en mi vida. Se trataba de un aeroplano que aterriza en el corredor de una casa... Pero todo esto se pasa, porque una mala noche se pasa aun cuando sea durmiendo, lo que no pasa, lo que es bastante duro es desembolsar CINCUENTA centavos, oro legal, moneda colombiana, sin descuento, al contado, precio fijo por ver estas cosas... Al paso que vamos dentro de pocos días no irá al teatro ni la luz". Como que no le gustaron estos tímidos efectos especiales y espaciales.
En la columna Confetti, otro cronista, tercia: " No sé por qué me produce una ingrata impresión ese continuo y lento accionar de todos los personajes cinematográficos... Cuando el hombre habla es cuando nos convencemos del maravilloso fenómeno que es la vida. Por eso el cine del hombre mudo, el hombre sin alma, no me subyuga, ahora, sí. No solamente el cine hace enmudecer sino que también trata de ridiculizar las profesiones que alcanzan los hombres... Como sucede en la estupenda película del doctor Ipeca, entonces, si que llega a su máximo esa repulsión casi natural en mí por el famoso invento de ese genio que se llama Edison a quien a mala hora se le ocurrió peliculizar la vida!.. ".
Para principio de enero de 1926 Variedades anuncia: "Está en la ciudad el simpático amigo don Nicolás Di Domémico, quien ha venido con el objeto de preparar en la Sociedad de Mejoras Públicas la filmación de una película en la que aparezca Pereira, con todas sus mejoras locales y muestre a los otros pueblos su valor material, en industria y progreso. Sabemos que Di Domémico se entiende actualmente con la SMP. Saludamos al gran Di Domémico.
La producción de cine apenas empezaba en el país. Había sido filmada María, 1922, por Alfredo del Diestro y Máximo Calvo; Aura o las Violetas, 1924, por Vicente Di Domémico: La tragedia del silencio, 1924, por Arturo Acevedo; Como los muertos, 1925, por Vicente Di Domémico; Bajo el cielo antioqueño, 1925, de Arturo Acevedo; El amor el deber y el crimen, 1925, de Pedro Moreno Garzón. Estas películas tienen un propósito: mostrar las ciudades de origen Bogotá, Medellín y Cali, resaltar una obra literaria o ilustrar al público con guiones basados en un gran problema como denuncia social.
El guión para Nido de Cóndores lo realizaría, Alfonso Mejía Robledo, poeta y novelista, director de la revista, Lengua y Raza, y quien atendía su almacén de la Plaza de Bolívar.
El mismo cronista había anotado sobre María: "No seríamos imparciales sino anotásemos que la película adolece de algunos defectos de construcción, tales como modernizarla tanto..."
El grupo escénico se muestra activo el día 3 de enero de 1926 presenta, Abandono y Juventud, del malogrado Alejandro Mesa Nicholls. El cronista comentó: "En su función del martes, en la noche, se pegó una lucida y cimentó su prestigio de una manera definitiva con piezas como Juventud que es inmejorable y Abandono que es muy buena. Esta simpática truppe irá muy lejos en la labor cultural, desinteresada y patriótica que se ha impuesto.
¡Adelante conquistadores del ideal! ".
En esta última frase se resume quizá lo que aun explica la búsqueda por ser artista en el país un ideal, pero como entretenimiento. Así  el Grupo Escénico de Pereira conformados por personas de la alta sociedad que lo tienen como pasatiempo y acudieron al llamado de la Sociedad de Mejoras Públicas los tempranos empresarios de cine, los Di Domémico. Inicialmente el cine como invento técnico daba más importancia en el país a quien supiera manejar las cámaras así como los trucos para las luces y las sombras; esto llevó a que una persona como Máximo Calvo, haya sido realizador, pioneros por la plata.
Nicolás Di Domémico, quien revelaba la película en un cuarto oscuro de su casa con la técnica que le había enseñado su primo Vincenzo, quien a su vez la había aprendido del director Máximo Calvo,  dio su nota: "Vi la mitá... y me gustó por todo. Lo que no me gustó hombre fue el decorado, porque eso de poner un patio español, para gabinete... Bueno, no me fregués, hombre"
Llamados por la producción de la posible película allí recaló otro de los pioneros del cine colombiano. Arturo Acevedo quien exhibió además, como una forma de ilustrar su experiencia, Bajo el cielo antioqueño. Pororo, como le dicen, anota, "orgullo de Pereira y zapadores del buen gusto, son a mi juicio quienes bajo el nombre de Grupo Escénico reúnen un ramillete de juventud para desmonotizar la vida con una nota festiva y grata. Palmas muy sinceras".
En febrero 6 aparece una nota donde se informa el compromiso de filmación. "Nos comunica el amigo Nicolás Di Domémico que ya está firmado el contrato por el cual la SMP de Pereira autoriza a una casa filmadora de Cali, para tomar una película de la ciudad; parece que dentro de algunos días llegará con este fin el práctico artista Máximo Calvo. Nos alegramos positivamente".
El Grupo Escénico a principios de julio presenta la comedia de los hermanos Álvarez Quintero, La Rima Eterna, para obras de beneficio, caridad y progreso. El cronista anotó: " La obra es una comedia primorosa que hace cosquillas en el alma..."
En el Teatro Caldas presentan El hombre mosca de Harold Lloyd filmada en 1923, y a principios de julio, Sigfrido y la venganza de Krimhilda de Fritz Lang realizada en 1924; lo cual da una idea de que los barcos se demoran pero llegan y de un público ilustrado.
Para septiembre 18 se anuncia Nido de Cóndores sus principales intérpretes: Anita Rendón y Fernando Jaramillo. La gran película pereirana que filmó el artista español Máximo Calvo y cuya propiedad exclusiva es de la SMP de esta ciudad. Deseamos que muy pronto pase por el lienzo del Caldas nuestra admirable obra cinematográfica".
Para noviembre de expectativa en las personas y en los avisos de prensa se promociona: Anita Rendón Bustamante y Doña Inés Rendón de Mejía-, protagonistas principales de Nido de Cóndores cuya primera exhibición tendrá lugar seguramente el martes, próximo 23, en el Teatro Caldas y cuyo producido debe dedicarse a la SMP. Deseamos un colosal éxito para la película que sintetiza un gran esfuerzo de sus intérpretes y de su filmador el señor Máximo Calvo, quien llamaba la atención por su melena, su rostro de color rojo y sus cejas tan pobladas que parecía una lechuza.
Refiere Luis Carlos González.
     La Cámara de Comercio invita a un potentado alemán que llega con su hijo, Otto Mueller, a quien se le atiende muy bien con un propósito: que inviertan en el desarrollo de la región, en una vidriería. Se agasaja a los ilustres visitantes en La Cámara con discursos, mudos por cierto. Don Nepomuceno Vallejo Estrada y don Jesús Cano Montoya se negaron a que les maquillaran, porque lo consideraban no aptos para hombres. También maquillan al ilustre hombre público don Manuel Mejía Robledo. Ellos se dedicaron a enseñar los paisajes y la ciudad de Pereira a su ilustre visitante, pero su hijo se consagró a buscar novia. La cual consiguió, las mujeres locales siempre prefieren a los extranjeros, pero la hermana de ésta también se enamoró de Otto.
De todas maneras ellos disfrutaron de la retreta, la batalla de las flores. En el Lago Uribe navegaron en botes, fueron  a conocer la Cascada en la finca de Alejandro Villa Álvarez, recorrieron la ciudad en autos y asistieron a misa concelebrada con toda la pompa del interesado, como son los paisas, en la iglesia de la Pobreza, al cobro de cheques sin fondos en el Banco del Ruiz, gerenciado por Enrique Drews. Para ambientar el Café Blanco y Rojo se llevaron todos los enseres a otro lugar menos sus mesas con vidrio que en realidad eran vitrinas donde se exhibía mercancía, mientras el cliente apuraba un café.
   En una escena la novia celosa se desmaya sobre un montículo de arena, que había en la Plaza de Bolívar, ante el enamoramiento de su hermana hacia el galán Otto.
     También Nido de Cóndores tuvo su parte censurada, ya que Gonzalo Vallejo Restrepo, junto a otros actores improvisados como Fidel Jaramillo Ángel, Gilberto Jaramillo Londoño y otros personajes, idearon una escena de combate entre conquistadores españoles y los indios pijaos, utilizando proyectiles auténticos.
    En otra escena -relata el poeta Luis Carlos González que vio la película- aparece una reina pijao coronada con plumas, pero esta fue censurada por tratarse de una mujer de dudosa procedencia. Esto recordaba el caso de un alcalde anterior que, ante el avanzado caso de prostitución, decidió recoger, después de una juerga, a todas estas mujeres, obligándolas a barrer la Plaza de Bolívar y así mismo deportarlas hacia Cartago.
    Fragmentariamente, se ve en la película, a esta mujer mirando coronada de plumas hacia la distancia con su mano sobre la frente. Por supuesto, las escenas del combate a caballo con jinetes disparando balas verdaderas porque las de fogueo se habían despilfarrado, fueron dejadas de lado, nunca se presentaron. Esta locación censurada ocurrió en la vereda La Florida.
Hay una escena fuerte de dos hermanas agarradas del pelo, que molestó a las personas del pueblo, porque estas dos hermanas eran de la sociedad pereirana. También hay escenas donde Otto visita en la Quinta Santander a su novia. Hay mofa porque en una escena entra allí con sombrero y cuando sale no se sabe qué se hizo el sombrero. Luego con el desarrollo de la película se sabe que el Otto va a casa de la novia a que su cuñada le realice un cuadro al óleo, pronto se realiza la boda y la pareja se dirige a la Hacienda Galicia donde termina la película.
     Otro personaje de Pereira, Álvaro Gaviria Díaz, también se convirtió en actor, solo unos segundos, al entregar una carta y desaparecer para siempre del cine y de la película. Esta escena fue ambientada en la vereda la Florida.
Otros actores improvisados pertenecientes a la Pereira elegante fueron: Marta Botero Gutiérrez. Carlos Arturo Jaramillo, Abelardo Mejía Echeverri,  El torero Pedrucho, Sofía de Botero, Manuel Mejía Robledo, Gilberto Jaramillo Londoño,          Nepomuceno Vallejo Estrada,           Jesús Cano Montoya, Álvaro Gaviria Díaz, Gonzalo Vallejo Restrepo, Gilberto Jaramillo Londoño y Fidel Jaramillo Ángel.
    También actuó en Nido de Cóndores el afamado torero español Pedrucho, por lo que es posible que hubieran filmado una corrida de toros. Pedro Basauri, Pedrucho, había filmado algunas películas como  Pobres niños en 1921, Militona o la tragedía de un torero en 1922 y Pedrucho en 1923, bajo la dirección del francés  Henry Vorins. Incluso Valentino exigió ver estas películas de Pedrucho antes de filmar Sangre y arena
Cuatro días más tarde apareció esta nota: "¿Nuestra opinión sobre esta película? Tenemos que ahogar la simpatía que nos merece la trinca que maneja una entidad de mejoras Públicas de Pereira y ver con ojos justicieros la manera triste como se perdió allí el tiempo, el dinero y todo. Salvamos de ese naufragio a las gentiles y bellas y aristocráticas damas que dieron el óbolo de su arte; así como el concurso artístico de Fernando Jaramillo y de Abelardo Mejía. Ellos hicieron sin interés y, sólo por amor a Pereira, un trabajo pesado y molesto. El argumento es pobre, mísero, raquítico y parece imaginado por un principiante. ¡Bastante barato! La imaginación que lo concibió debe atravesar actualmente el más angustioso periodo de anemia síquica. Como se ve que su especialidad literaria debe ser la de fabricar recetas de Wampole o el Tanlac. Más argumento tiene por ejemplo, la novena de San Román nonato o los célebres discursos de H. Jaramillo (a. Badeo). Porque esa reconstrucción histórica tan superficial y tan baladí cuando era un film a explotar y eso se ve en el absurdo puesto que en 1863 no podía haber postes para luz eléctrica como se ve allí. ¿Por qué no filmaron los edificios modernos? ¿Por qué dejaron los Tanques, las primorosas galerías del colegio Santa Teresa, el matadero, la calle 19? ¿Dónde dejaron los repliegues de nuestro río Otún? Y, ¿Por qué ocultaron esos atardeceres únicos que se contemplan desde nuestra olvidada plaza de la estación? Y qué objeto tenía filmar un café elegante en otra parte que no en su local: y por qué en la Cámara de Comercio había gente que no tenían que ver con la institución; y ¿será posible que nuestros aristócratas damas pereiranas, se agarren del pelo, de un modo tan poco correcto, por un novio? De verdad que en esa película se invirtió un capital, pero es preferible que se pierda ese dinero, para no ir a mostrar en el país, semejante Pathé tan sin gracia y sin gusto. Ahora, ¿por que no se ensayó eso antes de darlo al público a dos pesos oro? Proyección pésima. Sin cuidado, sin atención, sin un poquitico de consagración por dos mil personas que amantes de Pereira fueron a trasnocharse viendo lo más malo que cinematógrafo alguno puede registrar. Nosotros queremos aconsejarle a quien explota esta cinta, que haga con ella una gran hoguera y destruya hasta el recuerdo amargo de semejante fracaso. Al exhibirse esa película fuera de Pereira, perderíamos el 99 por ciento de nuestro prestigio ante el país. Sí, que no se permita que salga de Pereira.
Y no podemos terminar sin dejar constancia de nuestra protesta enérgica contra la proyección tortuosa, horrorosa y llena de sombras, con que se irrespetó al público en la noche del martes y es también nuestra protesta por las vociferaciones apasionadas tontas de los personajes sombríos que en la alta noche insultan una honorabilidad de 18 kilates como es la de Don Luis Sanín. Que hagan sus tonterías pero que no se culpe a nadie de sus fracasos".
Este antecesor apasionado a la crítica de cine desplegó toda su furia debido a su apego al paisaje. En un momento en que el cine era utilizado para resaltarlo; aun no existía un conocimiento a fondo de él. La llegada del cine era una manera de llenar ese vacío: mostrar las diversas regiones.
A lo mejor quería que apareciera el padre Remigio Antonio Cañarte, la pequeña capilla de guadua y paja en la esquina de la calle 19 con carrera Octava, costado nororiental de la actual plaza de Bolívar como el 20 de agosto de 1863 cuando el presbítero decidió fundar la ciudad para cumplir los deseos de Francisco Pereira Martínez que había donado los terrenos para establecer un poblado, donde ya habitaban 79 colonos con sus familias, pero con el secreto fin de valorizar el resto de las 10.000 hectáreas. Deseos, que de no ser cumplidos, llevarían el alma sin sosiego del doctor Pereira al purgatorio por unos buenos siglos.
El cronista había titulado su furia en una crónica: Alfonso Mejía Robledo: autor del argumento sin gracia y sin argumento del Pathé fracaso: Nido de Cóndores.
A principios del 27, el cronista, Confetti, persiste en Variedades: "Y hablamos ahora de las leyenditas que don José Tejada hizo pasar por el lienzo del Teatro Caldas en la nebulosa noche del martes último, antes de principiar el Pathé, en algunos intermedios y quizá al final... Séanos permitido anotar que el Sr. Tejada no tiene ningún derecho para considerar la prensa de Pereira como ‘agria’.
Y nosotros recordando esa cosa ingrata que se llama Nido de Cóndores que tantos sudores de vergüenza debió costarle a Pereira, nos pusimos a pensar que así con esas bodaditas había empezado el tal Nido de Cóndores y que ya todo el pueblo sabe donde fuimos a parar con esa lata y a donde fue a parar lo que produjo en dinero... De modo pues que advirtamos a todo el público para que ande prevenido en donde vean una maquinita de esas y un sujeto detrás dándole vueltas a un manubrio, o manivela en mano subido en un balcón filmando un desfile".